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Hace algunas semanas en redes sociales, una supuesta asesora freelance en temas de reclutamiento recomendó usar inteligencia artificial para la generación de currículo vitae (CV) y sugirió que estos se elaboren a partir de los requisitos de los avisos de empleo. Según su testimonio, esta estrategia permitió a un candidato encontrar el trabajo soñado en dos semanas, después de varios meses de búsqueda. Sin embargo, esto plantea la pregunta: ¿es esto mentir?
Aunque la asesora no lo dijo explícitamente, insistió en la importancia de que el CV coincida exactamente con el aviso. Esta afirmación generó polémica y una ola de comentarios entre reclutadores y otros actores del medio laboral, quienes plantearon diversas hipótesis. Entonces, ¿mentir o no mentir? La respuesta clara es no, nunca. Los motivos son variados y es crucial entender lo que sucede tras bambalinas en los procesos de reclutamiento y selección. No se busca un candidato perfecto, sino el candidato idóneo.
El CV sirve como un primer filtro en el proceso de selección. Quienes reclutan reciben cientos de aplicaciones para cada puesto y un CV bien redactado y adaptado puede ser la llave para superar esta primera barrera. Sin embargo, adaptar el CV no debe significar mentir sobre las competencias o experiencias, sino destacar aquellas que realmente poseemos y que son relevantes para el puesto. Se trata de conectar lo que la empresa o institución busca con lo que el candidato tiene para ofrecer.
Las pruebas psicométricas están diseñadas para perfilar a las y los candidatos y detectar si sus características personales y profesionales se alinean con el perfil buscado por la empresa. Si un candidato miente en su CV, las disonancias entre lo declarado y sus verdaderas capacidades quedarán en evidencia durante estas pruebas, lo que probablemente resultará en su descalificación.
Los reclutadores están entrenados para detectar inconsistencias e irregularidades en las entrevistas. Las preguntas profundas y detalladas pueden rápidamente revelar si un candidato ha falsificado su experiencia y habilidades. Además, las entrevistas buscan evaluar no solo las competencias técnicas, sino también las habilidades sociales y relacionales. La integridad y la honestidad son cualidades esenciales en cualquier puesto de trabajo.
Consideremos el escenario en el que alguien miente en su CV y consigue el trabajo. ¿Qué viene después? El candidato se enfrenta a varios riesgos.
El primero es el desempeño inadecuado. No tener las habilidades o experiencias declaradas puede ocasionar un rendimiento deficiente, afectando no solo la carrera del candidato, sino también el desempeño del equipo y la organización. El segundo es la pérdida de confianza. A nivel personal, la incapacidad para cumplir con las expectativas puede socavar la autoestima. A nivel organizacional, cuando empleadores y compañeros perciben la falta de competencias, la confianza se rompe, lo que puede llevar a una desvinculación inevitable.
Además, un trabajador en un ambiente o cultura inapropiados para su perfil puede enfrentar problemas de salud mental y física debido a las expectativas, roles y resultados inconsistentes.
Finalmente, existen repercusiones legales. Las falsificaciones graves en un CV pueden tener consecuencias legales, especialmente si la falta de cualificación provoca errores significativos, pérdidas para la organización o daños a terceros.
La ética en el proceso de reclutamiento es fundamental. Adaptar el CV a los avisos es válido y recomendable siempre y cuando se base en la verdad y resalte nuestras competencias y experiencias reales. Bien lo dijo la escritora francesa George Sand, «lo verdadero siempre es sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado». De esta forma, la honestidad no solo es valorada sino necesaria, porque mentir en el CV no solo compromete nuestra empleabilidad, sino también, nuestra integridad, reputación y futuro profesional.
